Desde el punto de visto de un comprador o compradora, existen, principalmente, 3 tipos de pisos: a reformar, para entrar a vivir y reformado.
Todos se pueden vender pero, como propietario, es importante que tengas en cuenta algunas diferencias entre ellos antes de poner el tuyo en el mercado.
Conocer esas diferencias te ayudará a conseguir mejores resultados, encontrar comprador en menos tiempo y, con bastante seguridad, obtener un mejor precio.
En este artículo vamos a ver por qué algunos compradores no quieren ni visitar una vivienda a reformar, qué tipo de cliente estás atrayendo y qué puedes hacer para darle la vuelta a la situación.
Y, sobre todo, responderemos a la pregunta del millón...
¿Vale la pena reformar para vender?
Además, al final, te hablaré de algo que puede que no conozcas, y que está ayudando a miles de propietarios en todo el mundo a lograr mejores resultados con la venta de su casa.
Pero eso será al final.
Por ahora, empecemos por el principio…
Diferencias entre una vivienda a reformar, para entrar a vivir o reformada
Las diferencias parecen obvias, ¿verdad?
Probablemente lo sean.
No obstante, en nuestra agencia inmobiliaria, vemos a menudo como propietarios de nuestra zona no tienen en cuenta esas diferencias, a la hora de promocionar su vivienda.
Y eso se traduce, en la mayoría de los casos, en ventas que duran meses, que apenas reciben visitas y con ofertas muy por debajo del precio inicial.
El problema es que las diferencias de las que te hablo no son solo estéticas.
Por ejemplo, al vender una vivienda a reformar, olvidamos que no se va a poder entrar a vivir de forma inmediata.
Solo por eso, decenas de potenciales compradores ni siquiera se plantearán visitarla. Sobre todo particulares que necesitan entrar a vivir con cierta urgencia.
Por otro lado, atraeremos a pequeños y medianos inversores que no tienen prisa por entrar, pero que buscan un precio más competitivo.
En cambio, si un piso o una casa está para entrar a vivir, será mucho más interesante para compradores particulares, porque podrán ir adecuando las cosas una vez instalados.
En último lugar, una vivienda reformada completamente, atrae a un tipo de comprador que no quiere hacer ninguna obra en la vivienda.
Su idea es llegar, soltar las maletas e instalarse de forma permanente.
Ese potencial comprador está dispuesto a pagar un poco más, siempre que la reforma sea de calidad, y se adecue a sus necesidades y gusto personal.
Una vivienda reformada es, por lo general, la opción más buscada por personas que quieren vivir en una finca con personalidad pero sin hacer obras, o que están interesadas en zonas donde no hay oferta de obra nueva.
Para entrar a vivir. La opción preferida por particulares.
Existe un mercado de particulares interesados en casas y pisos a reformar.
La dificultad con la venta de este tipo de viviendas, es que no se suele tener en cuenta al comprador, y se promocionan de la misma forma (o incluso peor) que cualquier otra propiedad.
¿No crees que debería ser al contrario? Déjame explicarte a qué me refiero con eso.
Como vimos en el punto anterior, al propietario de una vivienda a reformar le interesa atraer a compradores particulares, que son los que están dispuestos a pagar un mejor precio.
Pero, para lograrlo, confiar en que el que venga ya lo hará, suele ser una mala estrategia.
Cuando un particular visita un piso o una casa, antes de decidirse, necesita imaginarse viviendo allí, pasando una tarde de domingo en el salón viendo la tele, leyendo en el dormitorio o cocinando para sus invitados.
Pero si el espacio está en mal estado, requiere grandes reformas o simplemente no se ha actualizado en años…
… primero, le costará mucho imaginarse en esas situaciones cotidianas que convierten un inmueble, en un potencial hogar.
Segundo, su mente estará más ocupada calculando el precio de las futuras obras, posibilidades de distribución y un largo etcétera, que decidiendo si le gusta o no.
Conclusión: Si encuentra otra opción parecida en mejor estado, aunque sea más cara, probablemente se decante por ella para ahorrar tiempo y problemas.
En una vivienda reformada, pasa algo totalmente distinto.
Aunque suelen llamar mucho la atención de potenciales compradores, no siempre es fácil encontrar la horma del zapato.
Imagina que visitas un piso reformado a estrenar, pero el diseño de la cocina no encaja para nada con tu estilo o necesidades.
¿Qué harías? ¿Empezar unas obras?
Probablemente no.
En cambio, una vivienda para entrar a vivir, suele tener un precio más ajustado, y es lógico tener en cuenta un pequeño presupuesto para ponerla a punto.
La gran ventaja es que, mientras llevamos a cabo esa puesta a punto, podemos vivir en ella. No hay que esperar.
¿Qué puedes hacer entonces? Aquí llegan los tips y consejos
En primer lugar, es importante que seamos capaces de ser objetivos y clasificar nuestra propiedad en alguna de las categorías que hemos visto anteriormente: a reformar, para entrar a vivir o reformada.
Tips para vender una vivienda “a reformar”
Una de las mejores inversiones (de tiempo o dinero) a la hora de poner a la venta una propiedad que no cumpla con unos mínimos de habitabilidad, es limpiarla a fondo.
Y con limpieza no me refiero solo a barrer y fregar.
Limpiar ventanas, suelos, cocina, baño para que, aunque no estén en buen estado, como mínimo no den miedo.
En segundo lugar, eliminar todo lo prescindible.
Muebles antiguos, recuerdos, fotografías personales, camas terapéuticas, sofás desgastados…
Todo aquello que no querrías guardar en tu casa, tampoco lo dejes en la que quieres vender.
Último consejo: pinta.
La pintura es la intervención más económica, ya que lo puedes hacer tú mismo. A ser posible, pinta todo del mismo color y utiliza tonos claros, que den sensación de amplitud y luminosidad.
¿Es lo ideal?
La respuesta es que depende.
Por ejemplo, si no tienes prisa y dispones de presupuesto, podrías plantearte una reforma.
En la mayoría de los casos, la inversión se recupera con creces y se reduce mucho el tiempo de venta.
Eso sí, hay que hacerlo bien.
Tips para vender una vivienda “para entrar a vivir o que necesita algunas reformas"
La principal diferencia entre este tipo de viviendas y las anteriores es que, en estas, el comprador puede ver mejor las posibilidades y le resulta más fácil proyectarse.
Tú, como propietario, tienes la posibilidad de ponérselo aún más fácil, consiguiendo que se decida por tu casa y no por la de tu vecino.
Puedes empezar siguiendo los mismos pasos que vimos en el apartado anterior: limpieza a fondo, quitar todo lo prescindible y pintar.
Solo haciendo eso, tu piso ya transmitirá otras sensaciones.
Por cierto. Te dejo un enlace a uno de nuestros artículos más leídos, con muchos más consejos para vender un piso en menos tiempo.
Pero podemos hacer muchas otras cosas.
Por ejemplo, reparar todo aquello que esté en mal estado. Me refiero a zócalos con arañazos, desconchones en las paredes, puertas que no cierran bien, o algo tan sencillo como una bombilla fundida.
Lo llamamos preparar la vivienda para la venta, y te puedo asegurar que funciona.
La alternativa se llama Home Staging
Quizá ya lo sabías, o puede que no. Por si acaso, déjame decirte que todo de lo que te he hablado hasta ahora, lo podríamos resumir en una técnica utilizada : Home Staging.
El Home Staging es una técnica de marketing inmobiliario, que consiste en preparar un vivienda para que atraiga al mayor número posible de potenciales compradores, al mismo tiempo que consigue aumentar su valor, reducir considerablemente los tiempos de venta y reduce las negociaciones a la baja.
Puedes encontrar profesionales que se dedican exclusivamente al Home Staging, pero que no se encargan de la gestión de venta, o puedes optar por contratar una agencia inmobiliaria, que lo incluya entre sus servicios.
En Estados Unidos se utiliza desde los años 70. En muchos países de Europa no se pone un piso a la venta sin un Home Staging previo.
En Grupo Tu Inmobiliaria, por ejemplo, tenemos nuestro propio equipo encargado de poner a punto las viviendas de nuestros clientes, antes de salir a la venta.
Si tienes una vivienda a reformar y empiezas a enseñarla sin prepararla mínimamente, te arriesgas a tener que bajar mucho el precio para venderla.
Y una propiedad lista para entrar a vivir, con una buena preparación, destacará mucho más que las demás y seguro que atrae compradores más dispuestos a pagar lo que pides.
Nosotros, por ejemplo, lo utilizamos desde hace años en las viviendas de nuestros clientes y, te puedo asegurar, que los resultados son asombrosos.
Puedes ver cómo vendemos un piso aquí
No lo olvides. Invierte en tu piso o casa antes de la venta, y conseguirás mejores resultados. Sin duda.
Hasta la próxima.